Normalmente cuando oímos hablar de diseño pensamos en actividades gráficas, estéticas, compositivas o artísticas. Pensamos en acabados bonitos, objetos caros y ropa de marca y nos olvidamos de que el motor de un coche es un diseño, al igual que lo es un clavo, o un martillo, o la estrategia internacional de una empresa.
Steve Jobs nos recuerda que la esencia del diseño no es cómo se ve sino cómo funciona. (“Design is not about how things look, its is about how things work”). Y aunque es cierto que la fase de “envoltorio” es determinante, como también lo es su presentación al cliente, hoy me quiero centratr en el concepto amplio de diseño, el pensamiento de diseño y sus potenciales aplicaciones en la empresa. Para ello traigo a colación unas líneas de Janet Rae Dupree, conocida en Sillicon Valley por sus escritos de ciencia y tecnologías emergentes. El artículo fue publicado la semana pasada en el New York times bajo el título, "Si el negocio se pone difícil, pruebe a pensar como un diseñador ".
La palabra diseño suele evocar imágenes de gráficos de lineas limpias , interiores hermosamente decorados o envoltorios atractivos. Pero cada vez hay más personas que defienden que el mundo del diseño tiene más que ofrecer al mundo empresarial.
Hay defensores del pensamiento de diseño que se centran en las necesidades reales de la gente más que en tratar de convencerla de que compre lo que las empresas venden. Este concepto gira entorno a la investigación en el campo seguida de la generación de ideas creativas, lo que suele llevar a resultados inesperados.(......)
El pensamiento de diseño se ha hecho tan omnipresente en los últimos cinco años que la universidad de Stanford en California ha creado un programa optativo al que llama “escuela.d” oficialmente conocida como Instituto de Diseño Hasso Plattner, y que ha demostrado ser extremadamente popular entre todos los aspirantes a empresarios de todos los rincones del campus.
Aunque la definición puede variar, el pensamiento de diseño suele incluir un período de investigación de campo (normalmente una observación cercana) que sirve como inspiración y para comprender menor lo que se necesita, seguido por otro de generación de ideas, de una forma abierta y crítica. Primero surgen los conceptos y luego las ideas para aplicarlos. Tras un breve análisis, las ideas más prometedoras se combinan y desarrollan para pasar a una “elaboración de prototipo rápida” , que puede ser desde un dibujo o descripción escrita sencillos o hasta una maqueta tridimensional. Los resultados pueden ser asombrosos.
Steve Jobs nos recuerda que la esencia del diseño no es cómo se ve sino cómo funciona. (“Design is not about how things look, its is about how things work”). Y aunque es cierto que la fase de “envoltorio” es determinante, como también lo es su presentación al cliente, hoy me quiero centratr en el concepto amplio de diseño, el pensamiento de diseño y sus potenciales aplicaciones en la empresa. Para ello traigo a colación unas líneas de Janet Rae Dupree, conocida en Sillicon Valley por sus escritos de ciencia y tecnologías emergentes. El artículo fue publicado la semana pasada en el New York times bajo el título, "Si el negocio se pone difícil, pruebe a pensar como un diseñador ".
La palabra diseño suele evocar imágenes de gráficos de lineas limpias , interiores hermosamente decorados o envoltorios atractivos. Pero cada vez hay más personas que defienden que el mundo del diseño tiene más que ofrecer al mundo empresarial.
Hay defensores del pensamiento de diseño que se centran en las necesidades reales de la gente más que en tratar de convencerla de que compre lo que las empresas venden. Este concepto gira entorno a la investigación en el campo seguida de la generación de ideas creativas, lo que suele llevar a resultados inesperados.(......)
El pensamiento de diseño se ha hecho tan omnipresente en los últimos cinco años que la universidad de Stanford en California ha creado un programa optativo al que llama “escuela.d” oficialmente conocida como Instituto de Diseño Hasso Plattner, y que ha demostrado ser extremadamente popular entre todos los aspirantes a empresarios de todos los rincones del campus.
Aunque la definición puede variar, el pensamiento de diseño suele incluir un período de investigación de campo (normalmente una observación cercana) que sirve como inspiración y para comprender menor lo que se necesita, seguido por otro de generación de ideas, de una forma abierta y crítica. Primero surgen los conceptos y luego las ideas para aplicarlos. Tras un breve análisis, las ideas más prometedoras se combinan y desarrollan para pasar a una “elaboración de prototipo rápida” , que puede ser desde un dibujo o descripción escrita sencillos o hasta una maqueta tridimensional. Los resultados pueden ser asombrosos.
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Sin embargo a pesar de la influencia positiva del pensamiento de diseño, Sara Lee de Jump Associated prefiere hablar de pensamiento híbrido para describir lo que hacen el diseñador de conceptos. “dar más importancia al papel del diseño, mejorar la estética de los productos y centrar las estrategias empresariales en los usuarios son logros maravillosos” afirma, “pero me temo que todo se va al garete si la gente se siente desengañada con ello como solución singular.” Hace falta algo más. George Kemble, cofundador y director ejecutivo de la escueda d. de Stanford está de acuerdo. "El pensamiento empresarial sumado al pensamiento de diseño acaba teniendo mucha más fuerza".
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