Si os habéis fijado para referirnos a lo virtual utilizamos terminología propia del la arquitectura y de la ciudad (autopistas de la información, direcciones Ip, correo electrónico, foros...). Estas metáforas advierten el paralelismo entre las problemáticas del mundo “real” y del mundo “virtual”.
Imagine su casa, su calle, su coche, su recorrido diario al trabajo, la plaza que atraviesa, la gente que ve, su ciudad....Ahora imagine internet. ¿Cuál es la imagen de internet? ¿Cómo explico a alguien lo que he hecho hoy en internet, como le doy indicaciones si no recuerdo las direcciones exactas de los sitios que he visitado? Si no hay carteles, no hay rascacielos, no hay plazas, ni parques, ni río, ni torre Eiffel, ni puerta de América, ¿a qué hitos me refiero?
La navegación sólo es posible si existen hitos o coordenadas para ubicarnos en el espacio. En cambio cuando “navegamos” por Internet, somos “tele-transportados” por los buscadores, sin noción de ubicación. Por tanto no podemos hablar de navegación sino de deriva.
Hace más de 20 años que se constató la necesidad de una cartografía y de unos hitos en internet[1]- (ver Visual Complexity ). Para facilitar nuestra experiencia en el ciberespacio, los programadores emularon a los videojuegos y crearon entornos gráficos tridimensionales como Second Life, que nos permitian recorrer el espacio virtual e interactuar de forma más intuitiva. Así comenzó el tránsito paulatino hacia a las 3 dimensiones.
Luego Google Earth ( http://earth.google.es/) duplicó la geografía mundial y nos permitió acceder a los contenidos de forma más fácil, solapando su información a fotos de satélite primero, y al Streetview después.
A continuación surgió Google Sketch Up ( http://sketchup.google.com/ ) que nos permite duplicar nuestros espacios y nuestros objetos e incluso crear unas bases de datos para compartir nuestros objetos, Google 3D Warehouse (http://sketchup.google.com/3dwarehouse/).
Ahora Google acaba de sacar el Google Building Maker, ( http://google.com/buildingmaker ). una herramienta que permite a los usuarios replicar sus edificios en la red, fácil y rápidamente.
Pero aquí no acaba la cosa. La University of Washington en Seattle ha creado un programa de generación automática de modelos urbanos tridimensionales completos y de gran precisión que se “alimentan” de fotografías volcadas a la red a sitios como Flickr, Picassa…. El planteamiento inicial surge de herramientas como Sea Dragon ó Microsoft’s Photosynth. La novedad y es la velocidad que estos automatismos pueden alcanzar. Antes simular toda una ciudad llevaría años, ahora lo hacen en 60 horas[2].
Estamos viendo que la capacidad de duplicación del mundo real en el virtual es salvaje. Pronto llegaremos a duplicarlo absolutamente todo, todo, incluidas las personas. Ahora además de duplicar el mundo real también “podremos” duplicar nuestra presencia en la red y hacer que nuestros avatares se muevan en la red como nosotros lo hacemos en la calle
La imagen de nuestra presencia en internet, nuestro alter ego digital, antes llamada avatar, también será duplicada. Hasta ahora era posible “editarnos” por completo mediante “cirugía digital”. Pero recientemente un grupo de investigadores suizos propuso un revolucionario traje que integra acelerómetros (como los de la Wii), giroscopios y ultrasonidos para captar las infinitas sutilezas de cada uno de nuestros movimientos corporales. Si usáramos estos trajes nuestros avatares del mundo virtual serían como clones digitales, como unas sombras que acompañarían y registrarían todos y cada uno de nuestros movimientos, con todos sus matices.
Sus aplicaciones en la industria textil, la industria del entretenimiento y especialmente la usabilidad e interacción con el sistema parecen infinitas. Probándonos un par de pantalones virtuales en nuestro avatar virtual sepamos desde casa como nos quedará en realidad ese modelo. Y es posible que dentro de poco al comprar unos vaqueros nos den otro par, virtual para nuestros avatares. O piensen en el control remoto de maquinaria robótica, en analizar los pormenores de nuestro swing o en entrar en la película que estamos viendo y convertirnos en un personaje.
Sin embargo en este tránsito corremos el serio riesgo de perder nuestra individualidad y nuestra intimidad.
[1] Reinhold, Benedikt o Novak hacia 1991 y Jacobson o Anders en 1994 propusieron trasladar hitos del espacio físico al espacio virtual.
[2] El equipo de Sameer Agarwal’s ha creado una simulación de Roma en un sólo día utilizando 150,000 imágenes obtenidas de Flickr, utilizando una red de 500 ordenadores trabajando en paralelo.
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