En agosto hablaremos de "Claves de la Innovación Tecnológica en las Ciudades en los próximos años" en los Cursos de Verano de la UPV/EHU en Donosti. Es un curso muy recomendable, entre otras cosas por que tendremos el lujo de escuchar a Juan Freire. Y este es el título y la introducción a mi ponencia.
“ESPACIO TECNOLÓGICO, LUGAR EMOCIONAL”
La humanidad tiene hoy un potencial sin precedentes. Es el tiempo fascinante en el que se ha extremado la conectividad mundial, multiplicando nuestras capacidades individuales y colectivas. La sociedad y la ciudad están mutando:Comienza a producirse un éxodo masivo de lo físico a lo virtual. La red de conexiones invisibles se instala entre la sociedad y sobre la ciudad y comienza a virtualizarlas ambas.
Virtualizamos las comunicaciones y surgieron nuevas formas de encuentro que cambiaron el concepto de espacio público, virtualizamos nuestras relaciones y esto cambio el concepto de amistad y de comunidad, virtualizamos nuestros datos y cambió nuestra privacidad, nuestra intimidad, e incluso nuestra identidad.
Virtualizamos las casas, las calles, los edificios y hasta el último callejón de la última ciudad. Surgen nuevas herramientas de visualización y nuevos modelos de gestión urbana. Pero la red es aún una “piel digital” fina y joven que se solapa a la arquitectura tradicional.
Y cuando aún estamos estrenando estas nuevas formas de socialidad, y sin comprender apenas el alcance potencial de esta nueva “piel digital”, la tecnología nos conduce aceleradamente a un nuevo horizonte disruptivo: la completa fusión del espacio físico y el espacio virtual.
Todo apunta a que en un par de décadas la red deja de ser ”piel” y pasa a ser “componente”, elemento constructivo de la arquitectura. Se normaliza la utilización de sensores embebidos como elemento de control de infraestructuras y de gestión integral. Nos desplazaremos por espacios que combinaran la arquitectura de la información y la arquitectura de la ciudad, y estaremos interconectados por un flujo constante de información que circulará entre todos nosotros y nos conectará a todos las personas y a todos los objetos La ciudad se automatiza y su estado y variaciones instantáneas se registran y se visualizan en tiempo real.
Se minimiza la necesidad de proyectar las necesidades futuras de la ciudad, porque ahora son evidentes. La presión demográfica obliga a la eficiencia y en este contexto surgen nuevas herramientas de planeamiento que nos obligan a repensar el papel del arquitecto. Atrás quedan el plan de autor y el diseño tipológico, formal, estático y perecedero. El nuevo software de planeamiento combina exhaustivamente parámetros históricos, climáticos, legales, económicos, sociales y organizacionales y sintetiza los datos y el conocimiento acumulado en unas sencillas reglas, una suerte de ADN, unos algoritmos evolutivos, que permiten la emergencia y el crecimiento orgánico y armonioso de las ciudades.
¿Es esto lo que nos espera realmente? ¿Seremos capaces de programar una arquitectura vernácula sintética? ¿Es compatible la ciudad tradicional con esta nueva forma hacer arquitectura?
Si os interesa el tema y queréis aportar al debate podéis apuntaros aquí www.sc.ehu.es/cursosverano
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